
la veía aparecer en los pasillos o entrando al aula y yo me tranquilizaba, porque iba a estar cerca mío todo el día. nos separaban un par de cabezas, pero yo apoyaba mi persona en el banco y la miraba hablar y hacer chistes, y a veces me miraba y sonreía y yo tenía que cambiar mi cara y hacerme la no se qué, pero mi corazón estaba feliz. le tenía que pedir perdón a la gente porque cuando me estaban hablando y ella me venía a decir algo yo me lanzaba hacia ella sin pensar en nadie más
a veces estábamos en su cama
y hablábamos de nosotras y de la gente
y creíamos que sabíamos todo, y decíamos cosas tristes pero estábamos felices
comíamos pochoclo y hacíamos caramelo
y chistes estúpidos y nos reíamos mucho
y si se dormía yo podía escucharla toda la noche
era muy fácil porque crecíamos juntas
éramos dos niñitas tristes que encontrábamos esos momentos
en los que no necesitábamos nada más que nuestra compañía
y eso cambió
porque aparecieron los chicos, y las salidas, y las fiestas y las drogas
y el sexo
y yo no tenía nada que ver con eso
yo la quería a ella nada más
antes eso era real
hablar y reir y sentir
y ahora ya no sé ni como mirar a la gente
como volver a tener algo así con alguien
amar y no pensar en nada más
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